Tengo que reconocer que, aunque era reacio, con el tiempo terminé cediendo. No me atraían los altavoces inteligentes, pero con el tiempo me decidí a probarlos. Primero por un modelo económico, como es el Google Home Mini (más tarde han crecido por todo el piso) y luego aprovechando la oferta de lanzamiento de Amazon, me hice con un Echo Spot para usarlo en la mesita de noche. Posteriormente llegaron un nuevo Echo Dot, varios HomePod Mini y dos HomePod...sí, unos cuantos.
Ya hace tiempo que los tengo, por lo que he creído conveniente comentar mi experiencia de uso con los mismos, independientemente de la plataforma sobre la que funcionan. Analizar el día a día, cómo y para qué los uso y si realmente son algo necesario en casa, al menos en la mía. Una situación que supongo se puede extrapolar a otros hogares.
¿Son prácticos realmente?
Algunos hablan de los altavoces inteligentes (me niego a usar el término smart speakers contando con un idioma tan bello como el nuestro) como un capricho pasajero y tengo que reconocer que en mi caso y un principio, se acercaban más a este concepto que a cualquier otro, han terminado formando parte de mi día a día. En función de los elementos conectados que llegan a casa, su uso se vuelve cada vez más intensivo.
Todos los altavoces que he ido probando y que tengo por casa, que son en los que baso mi opinión, ofrecen un diseño de altura. Se diferencian por la inclusión de la pantalla en el modelo de Amazon, pero poco más, al menos si obviamos el asistente que incoporan. El resto de las funciones son esencialmente las mismas, sólo que para interactuar con ellos debemos hacer uso de Alexa, Siri o de Google Assistant.
Y llegados aquí ¿funciona uno mejor que otro? Si y no, y me explico. Hay situaciones en las que Alexa se ha quedado "pillada" y Google Assistant sí que ha respondido ante una cuestión, siendo Siri el que más problemas me suele generar. Empate técnico entre asistentes, supuestamente inteligentes, aunque en muchas ocasiones no lo parecen por las respuestas que generan.
Al sacarlos de la caja y empezar a usarlos, con alguna visita, para hacer el "tonto" o con niños, han dado juego, pero puntual. El más sencillo de configurar es alguno de los lanzados por Apple, que todo hay que decirlo. Y una vez fuera, aunque al principio la "tontería" empeazaba con preguntar por el tiempo, he podido ir profundizando en su uso.
En el caso del Echo Spot, jugar con los skills disponibles, es todo un gustazo, pero todos ofrecen una buena usabilidad. Dónde vamos a encontrar diferencias es en las respectivas aplicaciones.
Y tras todo este tiempo de uso cada vez con más modelos ¿en qué ha quedado todo? Si me preguntan por el sonido, sí, es verdad que puedo escuchar música de un servicio en streaming, en mi caso Tidal, Apple Music o Spotify. Al principio, tengo que reconocerlo, pensaba ¿para qué voy a usar un altavoz de sonido ratonero cuando el equipo de música ofrece mucha más calidad y lo puedo controlar desde el móvil?
Esto es algo que ha cambiado según ha aumentado la calidad de los altavoces y ahora por ejemplo, el HomePod lo uso para escuchar la música desde el Mac o el móvil creando reproducciones en hasta tres habitaciones a la vez cuando me muevo por la casa.
En el caso de los modelos de Amazon, estos los suelo usar, como los Nest Mini, sobre todo para el control de otros dispositivos. Algo que hago por dos motivos: es mayor el número de aparatos compatibles con Assistant o Alexa, al menos en mi caso y el funcionamiento de estos asistentes me convence más.
Control del hogar
El control de los elementos conectados del hogar, es otro de los puntos que ofrecen y este puede ser el que más estoy aprovechando. Sobre todo para gestionar luces y enchufes inteligentes, pero también para crear escenarios o rutina. Actualmente tengo en casa varias bombillas conectadas, enchufes y regletas. Bombillas, regletas y enchufes de TP-Link y de Koogeek que activo por medio de comandos de voz y que además tengo programados para según que horas.
Tengo que reconocer que resulta cómodo apagar, encender, programar por medio de comandos de voz, pero no es nada que no pudiera hacer antes con el móvil al contar con la aplicación Alexa, Siri y Google Home ya instaladas. Por lo tanto, ¿es útil? Sí ¿Algo prescindible? También... pero es adictivo.
El resto de elementos conectados de casa, un robot de limpieza, el televisor, el sistema de cine en casa... también los tengo conectados e integrados en las respectivas plataformas compatibles. Tanto es así que el uso del clásico mando a distancia y los controles por voz o las aplicaciones móviles, al menos en mi caso, andan a la par.
Tengo que reconocer que en mi caso, un altavoz inteligente no era algo práctico y si me apuran, no era una compra recomendada, al menos al principio. Ahora, si me preguntan pasado este tiempo diría que sí, que me he acostumbrado a ellos, a sus virtudes y a sus defectos. ¿Puedo vivir sin ellos? Sí, no hay problema, pero como digo, me han resultado adictivos.
Si te gusta probar cualquier cacharro, "si te consideras un friki", como yo, puedes intentar buscar una excusa para hacerte con uno, pero esto es algo que ya depende mucho de cada usuario, de su entorno y del partido que cree puede sacarle en el día a día, tanto por acciones como por los elementos de casa con los que pueden estos altavoces interactuar.
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