La oferta actual de televisores es impresionante y es más fácil que nunca picar en las argucias del marketing. Como auténtico centro del hogar digital, los usuarios que deciden renovarlo se enfrentan a un dilema importante que intentamos aclarar en las próximas líneas. Estos son los nueve consejos que doy a quién me pregunta qué televisor comprar.
No compres nada que no sea 4K UHD
A estas alturas no hay debate. Es muy complicado encontrar paneles por encima de las 40 pulgadas que mantengan la resolución FullHD y los precios se han moderado tanto que se pueden comprar televisores 4K desde 380 euros.
Sí, es cierto que se empieza a hablar ya de 8K cuando la TDT está todavía lejos del FullHD y no hay muchos servicios capaces de aprovechar el 4K, pero también lo es que a lo largo de los próximos años la situación cambiará rápidamente y conviene estar preparados.
Desde hace un par de generaciones, los televisores incluyen procesadores de imagen de excelente calidad que son capaces de escalar contenido desde 1080p sin excesiva pérdida de calidad así que la trancisión cada vez es mas suave. A no ser que tengáis una muy buena razón para hacerlo, no os recomiendo nada por debajo de 4K.
Cuidado con el HDR, no todos son iguales
La tecnología HDR (High Dynamic Range) es fantástica y muchas veces más relevante que el salto de resolución que supone llegar al 4K. Simplificando mucho, hay tres estándares que dominan el mercado: el HDR10, el HDR10+ y Dolby Vision.
Obviamente, el HDR tiene poco sentido si solo vamos a ver la TDT pero marca diferencias en cuánto disfrutemos de contenidos en alta definición y, cada vez más, videojuegos. El HDR10, al ser un libre, ha contado con el apoyo de la mayoría de la industria pero con ninguno de los tres te equivocarás. Si soportan esos estándares es porque cuentan con un panel de calidad y un nivel de brillo excelente.
El tamaño importa (y mucho)
Los consejos aquí se reducen a comprar el mayor televisor que te puedas permitir, dentro de lo razonable. ¿Y cuánto es lo razonable? En Internet verás multitud de estudios y, en realidad, cada fabricante establece sus criterios.
En mi opinión, no solo es importante tener en cuenta la distancia a la que nos situamos sin el ángulo de visionado, la calidad del panel y el tipo de contenidos que vamos a ver. Ver la TDT a dos metros y medio es una tortura, pero todo cambia cuando estamos disfrutando de una película en 4K, por citar un ejemplo.
Una regla práctica es multiplicar la diagonal del televisor que pensamos comprar por 1,6. Esto proporciona un ángulo de visión de unos 30º, ideal para un uso mixto (aunque para cine, empresas como THX recomiendan 40º o multiplicar por 1,2). Con estos números, con un televisor de 65” nos deberíamos sentar a 2,7 metros y con uno de 50 a 2 metros.
Más allá de números cada usuario es un mundo y, como comentábamos, depende también de las dimensiones de nuestro salón, los reflejos y nuestro propio gusto personal. Si somos aficionados al cine o los videojuegos quizás no nos importe sentarnos más cerca para disfrutar del detalle, mientras que si el uso es más familiar multiplicar diagonal por 1,6 o incluso 1,8 puede ser una buena referencia.
OLED o LED, el eterno dilema
Hace unos meses publicamos un reportaje donde comparábamos LED, OLED y el MicroLED, la tecnología llamada a revolucionar el sector. Os recomiendo echar un vistazo para profundizar en este tema.
En este punto, mi recomendación sigue siendo la misma: si el uso principal de la tele va ser la TDT no tiene mucho sentido invertir en un carísimo panel OLED. A estas alturas de 2019 se pueden encontrar LED de última generación a precios de derribo y con una calidad excelente. En mi opinión, merece mucho más la pena invertir en el mejor LED o QLED que te puedas permitir antes que en un OLED de gama baja.
Si el presupuesto no es un problema y disfrutar del cine, series o videojuegos en máxima calidad es una de tus prioridades no lo dudes: OLED es el presente y la mejor opción ahora mismo. El MicroLED todavía no es una realidad en las tiendas y QLED no es más que una evolución del sistema LED que teníamos hasta ahora.
El TDT va a cambiar (sí, otra vez)
La llegada del 5G va a provocar un daño colateral en miles de hogares, que tendrán que cambiar el televisor o comprar un receptor preparado para la tecnoligía DVB-T2. La razón es sencilla: La banda de los 700 MHz se aprovechará para el 5G, lo que permitirá garantizar una mejor cobertura en zonas remotas y la TDT pasará a ocupar las bandas 470-694 MHz.
Todos los televisores que se fabriquen a partir de partir de marzo tendrán que llevar un sintonizador DVB-T2 obligatoriamente, pero no todos los que se venden ahora lo tienen. Normalmente casi toda la gama media y alta lo llevan pero cuidado con marcas asiáticas no convencionales, porque podemos llevarnos alguna sorpresa.
Si puedes, mejor con HDMI 2.1
El estándar por excelencia para transmitir audio y video digital recibirá una importante actualización este año que multiplicará su capacidad de transferencia (hasta 48 Gbps), ampliará el soporte a nuevas resoluciones y frecuencias de refresco y permitirá el uso de metadatos.
Actualmente puede parecer poco relevante, pero es probable que la próxima generación de consolas y los reproductores multimedia de nueva generación ya sean capaces de sacarles partido.
En MC hemos publicado bastante información sobre HDMI 2.1 así que mi consejo se reduce a procurar que nuestro nuevo televisor lo incorpore. Casi todos los nuevos modelos de 2019 deberían llevarlo y prácticamente todos los de 2020, así que es un punto a valorar.
No te fíes de lo que ves en la tienda
Elegir un televisor “en caliente” es una idea pésima. En los centros comerciales los encontraréis unos encima de otros (muchas veces ni a la altura de los ojos) y configurados en un “modo demo” que se caracteriza por exagerar brillo y contraste para engatusar al comprador.
Es probable que si dais un paseo por una tienda no detectéis grandes diferencias entre los modelos, que normalmente están reproduciendo contenidos que proporciona la marca. Mi consejo es que llevéis un USB con un trozo de vídeo que conozcáis perfectamente y que tenga acción, grises y transiciones rápidas y dediquéis todo el tiempo que queráis a “trastear” entre los menús de configuración.
Respecto a los comerciales hay de todo, desde profesionales que orientan con mucho criterio a personal que va a comisión y os intentará colar a toda cosa un modelo por encima de otro. Como siempre, lo mejor es informarse todo lo posible antes de decidir.
El último modelo no siempre es la mejor opción
Los ciclos tecnológicos en los televisores no son tan rápidos como en otros sectores, como los smartphones o la informática. Normalmente pueden pasar 3 o 4 años hasta que se produce un salto relevante.
Por eso, no es ninguna locura comprar en 2019 un modelo de gama alta que se pusiera a la venta en 2017. De hecho, a nivel de panel y tecnología es probable que supere a cualquier gama media recién salido al mercado por un precio similar.
Con todo, conviene ser prudentes. Detrás de muchas ofertas “irresistibles” se esconden modelos desfasados o sobrantes de stock que pueden no ser muy recomendables. Tampoco os aconsejo adquirir televisores de exposición, es difícil saber el número de horas que llevan funcionando y podemos tener problemas a medio plazo.
¿Cuándo es el mejor momento para comprar?
La mayoría de fabricantes suelen lanzar novedades durante el invierno y la primavera. Tradicionalmente, el CES de las Vegas es donde se presentan los nuevos modelos que, progresivamente, van sustituyendo a los antiguos durante los primeros meses del año.
Un buen truco es esperar unos seis meses desde el lanzamiento del modelo que nos gusta. Una vez vendido el primer stock, las marcas suelen rebajar precios para cumplir objetivos y dejar espacio a lo que viene. Por otro lado, ofertas como el Día sin IVA o las promociones de Amazon o PC Componentes son el momento perfecto para comprar ese televisor que ya tenemos decidido. Mucho cuidado con los impulsos en esas fechas, no conviene decidir con el precio como único criterio.
Finalmente, el comportamiento de los precios no es el mismo en todos los modelos. En la gama baja los descuentos son pequeños (ya son baratos de por sí) y normalmente se producen en dias señalados. Para la gama media merece la pena esperar al Black Friday, ya con la nueva generación anunciada y la gama alta suele bajar menos pero de forma progresiva, para ponerse a tiro justo antes de la campaña de Navidad.
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